Compartir experiencias, escuchar, saberse escuchado, sincerarse, explicarse y pedir explicaciones, resulta una tarea ardua, agotadora, pero tremendamente gratificante cuando el que está al otro lado te oye y mira con las orejas y los ojos abiertos.
Tras un intercambio intenso de palabras, donde te preguntas si habrán quedado cosas por decir o si supiste expresar exactamente lo que pensabas, una se siente tremendamente cansada, pero con mucha nueva información con la que enriquecer los pensamientos, un poquito más sabia, más abierta, más tolerante, más sensible a los acontecimientos que se suceden en otras vidas que discurren paralelas pero muy próximas a tú existencia...
Ahora toca pensar y sacar conclusiones, optimizar lo aprendido y centrar los esfuerzos en que tus engranajes y los de los que quieres y aprecias, alcancen el nivel óptimo de funcionamiento en el discurrir de una vida llena de contratiempos que los descabalan.
Tras casi cuatro horas de conversación fructuosa... me retiro al que considero el rincón de pensar más idóneo, una casa que parece querer aproximarse a las de nuestras queridas abuelas, acogedoras, cálidas, llenas de recuerdos, con olor a leña y con una mecedora en la que columpiar los planes, los proyectos, los propósitos, las intenciones, las reflexiones y los razonamiento... a la sombra de un árbol o a la vera de un costurero.
¡BUENAS NOCHES A TODOS Y FELIZ ESTANCIA!
Fuente: STADSHEM
Una "casa de abuelas" que para mi la quisiera... que bonito lugar!!!
ResponderEliminarhttp://inthenameofvintage.blogspot.com.es/
Vaya casa! Cada vez me gusta más y más el blanco. La chimenea es una joya.
ResponderEliminarMe encanta!
Marina
La chimenea, la cocina, la cama con los barrotes en dorado envejecido y negro... todo es realmente bonito. Gracias por vuestros comentarios a las dos. Que tengáis un feliz fin de semana.
ResponderEliminarPalmira (Cosas de Palmichula)