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sábado, 3 de enero de 2015

UN RINCÓN PARA RECIBIR A LOS REYES MAGOS...

¡Ya vienen los REYES MAGOS!, y por aquí andamos a la espera de su llegada... Siempre ha sido mi momento favorito de la NAVIDAD y este año aun más, pues tendré el privilegio de ver la carita de GONZALO "EL GOMINOLAS" cuando abra una carta dirigida a él, que hemos recibido, hace ya algunos días en el buzón, y que trae destino de ORIENTE... ¿Con quien andará carteándose este niño? 

Ha sido una entrada de año estupenda, en familia, dos días ¡completos! sin hacer nada que pueda calificarse de "productivo" y sin embargo ¡tan enriquecedores para el alma!...

Al 2015, le pido muchos momentos así, porque la atmósfera que nos envuelve cuando estamos con los que nos quieren es INQUEBRANTABLE... Parece que nada ni nadie podrán venir a hacernos daño nunca...

Bueno, centrémenos en lo que nos ocupa hoy, LOS REYES MAGOS... Cuando pienso en ellos, nunca he podido imaginármelos como hombres serios y aburridos, montados solemnes en sus camellos, apretando contra sí pequeños cofres de ORO, INCIENSO Y MIRRA...



Más bien me los imagino, como los agobiados "hombretones de barbas interminables" que protagonizan el poema de la gran GLORIA FUERTES... Así, son los REYES venidos de ORIENTE que me han acompañado siempre, sencillos, campechanos, con sus dificultades de humanos... Originales, apurados, desorientados,  con un maltrecho vehículo... Perdiendo los presentes por el camino... Pero finalmente airosos y repuestos frente a un niño, que adora lo imperfecto y sonríe...




El camello se pinchó

Con un cardo en el camino
Y el mecánico Melchor
Le dio vino.

Baltasar fue a repostar
Más allá del quinto pino….
E intranquilo el gran Melchor
Consultaba su “Longinos”.

-¡No llegamos,
no llegamos
y el Santo Parto ha venido!
-son las doce y tres minutos
y tres reyes se han perdido-.

El camello cojeando
Más medio muerto que vivo
Va espeluchando su felpa
Entre los troncos de olivos.

Acercándose a Gaspar,
Melchor le dijo al oído:
-Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.

A la entrada de Belén
Al camello le dio hipo.

¡Ay, qué tristeza tan grande
con su belfo y en su hipo!

Se iba cayendo la mirra
A lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empujaba al bicho.

Y a las tantas ya del alba
-ya cantaban pajarillos-
los tres reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.

-No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.

Le quiero, repitió el Niño.
A pie vuelven los tres reyes
Cabizbajos y afligidos.

Mientras el camello echado

Le hace cosquillas al Niño.


Hoy os dejamos con un rincón, impecable desde el punto de vista decorativo que nos parece el rincón ideal para recibir como se merece a sus majestades de oriente, verde, dorado y un toque multicultural que ha conquistado nuestros sentidos... Y esperamos que los vuestros también...


¡FELICES E INSPIRADORES REYES! 






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