Por más que echo
la vista atrás, no logro recordar cuando nació mi afición por las puertas... Creo que debe remontarse a una vida anterior, cuando yo era un hermoso gato negro de
pelo brillante que se acicalaba al sol frente a una enorme de color ROJO
INGLÉS, de esas, por las que todas las tardes entraban las mulas y los carros
en una gran casa de labranza, allá por la Provenza...
Os lo creáis o no, el caso es que, hoy por hoy, ando por
la calle sin mirar por donde piso, fotografiando cualquier puerta que se pone a tiro de piedra y que tiene algo
que nunca mejor dicho me llama...
Mis preferidas, son sin duda, las que a pesar de
los años, han sabido conservar intacta su esencia y que gozan el privilegio de
haber sido usadas como lienzo por los mejores artesanos... Y entre
labrados, forjas y cuarterones se siguen abriendo un hueco en los barrios de posibles de las grandes ciudades, tocadas por la mano dorada del pomo más
exquisito y el llamador más caprichoso...
Hace unos días, el blog de fotografía EYE POETRY, al que pertenecen todas las imágenes anteriores, despertó mis ganas de buscar más tesoros escondidos en mis próximas incursiones y de hacer una búsqueda intensiva entre mis viejas fotografías... Así que hoy, entre recuerdos y bambalinas os dejo con una parte del escenario de mi vida durante los últimos años... Hoy, sin dudarlo...
¡Nos quedamos en la puerta!
¡FELIZ SEMANA!
Fotografías: Cosas de Palmichula
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