jueves, 16 de julio de 2015

UN REFUGIO IMPROVISADO...

Recuerdo esos días como si fuera ayer... Una niña menuda y delgaducha, con tirabuzones oscuros, ojos grandes y uñas pintadas de rojo, que corría a refugiarse bajo las faldas de una mesa camilla... Un lugar desde el que jugar a ser invisible, un lugar desde el que hacerse de rogar a la hora de la comida, un lugar desde el que planear un futuro de infancia y soñar... Soñar y soñar sin parar, con los ojos abiertos, y ahogase en una piscina de lágrimas saladas, aquella niña de agua, llorica de nacimiento y sensible de alma, se escondía cada día tras las faldas de una mesa camilla...

Diario Dibujando, Perez Guerrero


Así era yo a mis cinco años, y contando con mi imaginación desbordante como aliada, la mesa camilla y sus faldas me servían de improvisado e infranqueable escondite cada día... De sobra, sabía mi madre adonde tenía que ir a buscarme cuando dejaba de oirme, pero siempre, tardaba un poco más de lo normal en encontrarme, quizás, para no romper la magia de aquel, mi rincón especial, que me hacía invisible sólo a mis ojos y a los de unas faldas verdes, de suave terciopelo...

Nunca es demasiado tarde, 
para tener una infancia
¿Te apuntas?








4 comentarios:

  1. Nos encantan las tiendas indias en los dormitorios de los peques. Tienen que crearse muchas aventuras :)
    Feliz finde!!!

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  2. ¡Jo, cómo me gustan! Pues, ¿sabes?, en la sierra de Granada hay una aldea en la que puedes alojarte en uno de estos... ¡Y estoy deseando ir!

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    Respuestas
    1. Sin duda una opción diferente, original y curiosa, espero que si algún día te animas nos lo enseñes en tú blog.
      Un abrazo

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  3. Me encantan los tipis! Una opción genial para los peques ,)

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