Soy consciente de que en un blog hay que hablar siempre de la "Cara Buena de la Vida", visitamos cada día nuestros blogs amigos, en busca de sueños, de inspiración, de momentos con los que sentirnos identificados, de rincones que nos envuelvan en una atmósfera dulce, cálida y reconfortante, de un instante divertido y simpático...
No queremos visitar un blog que muestre la "Cara amarga de la Vida", esa cara, de la que a veces alcanzas a reírte y otras de la que realmente te asustas... Esa cara, que a todos en algún momento se nos descubre, en un secreto que inmediatamente queremos guardar en el rincón más recóndito de nuestros recuerdos, pues en un intento de preservar la supervivencia tendemos a no mostrarnos negativos, a aprender de las experiencias, a reflexionar, a encauzar nuestras vidas, a superar la prueba... Una muestra más, de lo maravilloso que puede resultar el ser humano...
Afán de superación o resignación, la lección se repite... La vida sigue y hay que avanzar mirando hacia delante, con los ojos abiertos, y todo, a riesgo, de tropezarnos con esa "Cara Amarga" que vive de hacer muecas incomprensibles tras las farolas, desde los árboles, al otro lado de una ventana abierta...
No voy a hablar de esas cosas que simplemente ponen triste, que me suenan a injustas y poco suertudas...
No voy a hablar de mi compañera de trabajo que echa un pulso a los cuarentaitantos con su segundo cáncer de mama, mientras dedica su tiempo libre a ejercer de valiente y de madre de sus tres niños.
No voy a hablar de la hermana de un cliente, que tantas veces me ha saludado amablemente y que se marchó hace unos días, a los cuarentaipocos, después de luchar con una enfermedad que le concedió demasiadas pocas oportunidades, una chica dulce, detrás de sus rizos y sus gafas de pasta...
No voy a hablar de la chica guapa, que siempre me daba las gracias, con la que hablé por última vez la semana pasada y a los treintaitantos, hace dos días, sufrió un grave accidente de tráfico que le invita a luchar en coma por una nueva oportunidad...
Voy a hablar de la casi obligación que tenemos de "Ser Felices", de no lamentarnos, de no autoconvertirnos en los mayores quejicas del reino, de ser agradecidos, de aprovechar las oportunidades, de pasar tiempo con los nuestros, de reir, de llorar, de dejarnos abrazar, de conversar, de ver, de mirar, de oir, de escuchar, de ilusionarnos, de confiar, de equivocarnos, de no tirar la toalla y de derrumbarnos para resurgir de nuestras cenizas...
Con los PIES SOBRE EL SUELO y la IMAGINACIÓN POR LAS NUBES...
Mañana, más...
Fuente: THIS IS PAPER