Lo mismo, debía de pensar la señorita que concedía las citas al otro lado del mostrador, parecía ausente, mientras un futuro paciente rellenaba una autorización atestada de responsabilidades resignadas...
En un momento dado, se le acercó un hombre y le pregunto como llegar hasta un lugar concreto del edificio, parecía perdido y desorientado, como casi todos los que recorren los pasillos de un hospital cada día y querrían estar en otros muchos lugares bellos... Y ella, le regaló una escueta respuesta SIN MIRARLE A LOS OJOS, ¡ni un instante!
El hombre volvió a plantearle una cuestión, probablemente en un intento de hacerse entender a los ojos de esa mujer de mirada extraviada, pero ella, volvió a contestarle DE LA MISMA FORMA, eso sí, ofreciéndole un nuevo presente, esta vez, un deje de impaciencia y un tono más alto... ¿Demasiado tiempo perdido? ¿demasiadas interrupciones de esos pensamientos bonitos? ¿demasiado poco dinero a final de mes? ¿demasiada gente pesada e insistente cada día? ¿demasiada monotonía? ¿demasiados problemas personales? ¿muchas horas trabajadas? ¿pudor?... Trate a la desesperada de encontrar una justificación a su actitud, pero sólo sentí vergüenza, vergüenza ajena, y tristeza, mucha tristeza
¿Cómo hemos llegado a esto?, ¿como hemos aprendido a hablar de manera mecánica sin mirar a la cara?, sin escudriñar el alma del que tenemos en frente, sin tratar de descubrir cual es la respuesta adecuada... Sentí alivio mientras esa tarde, se lo contaba a mi madre, porque yo aun no me siento capaz de hacerlo, ni siquiera estoy cerca y me resulta impensable estarlo... Mamá, qué lástima que muchos otros sean capaz de creer que viven de esta manera...
POR UNA MIRADA LIMPIA Y TRANSPARENTE PARA EL QUE TENEMOS DE FRENTE...
¡FELIZ TARDE!
Por desgracia pasa a veces, y opino lo mismo, que nunca lo haga yo.
ResponderEliminarEso espero que sea cuestión de unos pocos y no algo que amenaza con hacerse mayoritario. Sería una pena.
EliminarUn beso
Palmira
Pasa y pasa demasiadas veces, pasa en cualquier sitio.
ResponderEliminarOpino como tú, qué nos ha pasado y cuándo, porque tengo la sensación de que hace algunos años no era así.
Afortunadamente, siempre hay gente diferente. Hace unos días en mi Centro de Salud una enfermera llamaba a una paciente una y otra vez, (la enfermera debía estar segura de que la señora se encontraba en la sala porque repitió su nombre unas tres veces, de repente una anciana se dió por aludida y la enfermera se acercó amablemente hasta ella e incluso la ayudó a levantarse. Me quedé impresionada por la paciencia y el trato porque no es lo habitual. La gente mayor es muy mal tratada en todos lados. La enfermera me alegró la tarde.
Saludos.
Gracias por compartir tú momento, una prueba de que probablemente aun quedan personas que actúan como tales y que piensan en atender las necesidades de otros, sean las que sean. Probablemente a tí te alegro la tarde y ella volvió contenta a casa. Un beso.
EliminarPalmira