Me imagino en la época victoriana, escribiendo una carta de amor preludio de un matrimonio a temprana edad o respondiendo por gentileza a la invitación a tomar el té en casa de unos parientes cercanos, tal vez, elaborando invitaciones para una fiesta de primavera al aire libre... estoy cerca de un gran ventanal, donde el sol entra a raudales y desde donde veo un precioso parterre de tempranas hortensias mientras oigo a unas niñas jugar a esconderse en el jardín.
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Fuente: Cuentos y otros Fantasmas |
El secreter me parece un elemento decorativo fantástico en todos los sentidos, delicado, elegante, con historia... inevitablemente lo asocio mentalmente a Jane Austen en su"Orgullo y Prejuicio" o en su"Sentido y Sensibilidad"...
Tal vez resulte difícil sacar su actual parte práctica. En el olvido han quedado las cartas, el tintero y el tiempo disponible para dedicar a la contemplación, que se ha visto reducido a unos instantes de respiro antes de irse a dormir... pero ¿por qué no deleitarse con su visión en un rincón de nuestra casa e intentar sacarle el máximo partido?, quizás el uso que podamos darle no resulte tan romántico y bucólico, pero me parece vislumbrar que puedo quedar fantástica en conjunto con mi secreter y mi portátil, así que pongo manos a la obra y voy pensando en hacer el hueco que guarde el equilibrio preciso entre mis cachivaches... de momento cualquiera de estos podría ser el escenario perfecto...
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Fuente: Decoración Clásica Atemporal |
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Fuente: Decoraconana |
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Fuente: Decoración Facilísimo |
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Fuente: Decoración Facilísimo |
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Fuente: Embelezzia |
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Fuente: My Ideal Home |
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Fuente: Maison Du Monde |
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Fuente: Maison Du Monde |
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Fuente: Maison Du Monde |
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Fuente: Vintage and Chic |
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Fuente: Maison Du Monde |
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