Una de las cosas más importantes que he aprendido ultimamente es a ESPERAR... Esperar, me ha enseñado a no tener prioridades, a dar a cada cosa su justa importancia, a respirar mucho más hondo, a apreciar, aun más si cabe, cada instante y a aceptar que el tiempo, no pasa igual para todos... Pero que la vida, puede ser igual de bonita...
No, no me refiero a sentarme a esperar con los brazos cruzados a que suceda lo que espero... Sino a entender que, uno, no puede esperar que los acontecimientos sucedan con un cierto orden..
Hay determinados capítulos comunes en la vida de millones de personas... Sin embargo, algunos no llegan nunca a visionar su contenido y otros muchos se convierten quizás en sus protagonistas demasiado pronto... Quien decide que esto ocurra, no lo sabremos nunca... A mi me gusta pensar, que todo sucede por algo y al final de una larga travesía al otear el horizonte las piezas de nuestro puzzle acaban encajando...
Aunque a veces creamos que sí, nadie es capaz de elegir el orden de sus vivencias y hacerlas coincidir con sus deseos... Hay que aprender a esperar luchando, pero siempre esperando con infinita paciencia a que llegue nuestro momento y lo más importante, estar preparado por si no llega nunca...
Por aquí me quedo esperando... En tres entornos inigualables y en la mejor compañía...
Decir estas cosas me hace sentirme mayor (y no lo soy ehhh?) pero pienso que los deseos actuan como brújulas de los objetivos y deseando muy fuerte, de alguna manera propiciamos que sucedan cosas a nuestro alrededor. Por mi parte sigo deseando una casita en el campo y SË que está más cerca. Besos fríos como el día
ResponderEliminarMe encantaría creer a pies juntillas en tus palabras Esther, me dedicaré a desear muy fuerte, a ver que pasa... Y esa casita en el campo, también entra dentro de mis planes.
EliminarUn besazo