Porque son días, en los que tras llegar a casa cansada del trabajo, apetece sentarse en el sofá arrebujada en una mantita con una taza de cacao, y de fondo, mi programa de radio favorito.
Porque son noches en las que hace falta una colcha fina con la que cubrirse, mientras se leen unas páginas antes de que el sueño pueda contigo.
Días de rebeca fina y pañuelo, en los que un paseo disfrutando de los cambios de color es el mayor placer para los sentidos.
Instantes en los que el olor a lluvia, tierra mojada y humo de las primeras chimeneas atrae recuerdos fugaces.
Momentos de poner en práctica nuevas ideas y proyectos o retomar aquellos de los que una ha decidido no desprenderse.
Vuelta a los caldos calientes con fideos gordos, arroz y huevo cocido.
La película de los viernes por la noche.
Esta preciosa casa, me recuerda a mi otoño...
Fuente: FOSTER HOUSE
Y de cristales empañados. Precioso lugar!!
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