Precisamente por su fama de inconstante, EL OTOÑO es una estación que me fascina, sobre todo por esas sorprendentes variaciones de tonalidad que sufren las hojas antes de su caída, del verde al rojo intenso, del decadente amarillo al tostado ya sin vida.
Este último fin de semana gris, he vuelto a disfrutar con el olor a lluvia mojada, he vuelto a pasear por Madrid con el chubasquero y he vuelto a sentirme reconfortada por la inminente proximidad de tardes de chimenea y chocolate caliente...
Nos alimentamos de los cambios, que interpretamos esperanzados como pequeñas y positivas variaciones de rumbo... El placer de despojarnos de las prendas de abrigo en verano se iguala a la necesidad de sentirnos cobijados por la ropa de lana.
El escenario de hoy, es perfecto para vivir con intensidad las sensaciones asociadas al cambio de temporada...
Maderas naturales, tejidos gruesos, colores neutros, rincones acogedores donde pasar largos ratos a la luz de las velas, protección bajo una manta, lecturas interminables... Nuestra casa se convertirá durante estos próximos meses en el paisaje por el que pasearemos con más frecuencia, de ahí la importancia de sentirla más que nunca como nuestra.
¿Qué sensaciones
os provoca a vosotros
este momento del año?
Un abrazo... Palmichula
Fuente: BOLIG DROM
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, tus aportaciones y opiniones son muy valiosas para mí.