Buscando información sobre la marca y sobre el producto en cuestión, me alegró saber que existen multitud de opciones de ubicación mucho más asequibles ¿o no tanto? que cumplen a la perfección con las expectativas de lograr disfrutar de un rincón aislado, cómodo y relajante en el que uno se sienta inmune a los peligros que acechan desde el exterior.
Y es que los algunos de los productos DEDON me transportan al pasado, cuando de niña buscaba un rincón único y aparentemente intransferible donde esconderme... bajo las faldas de una mesa camilla, detrás de un sofá, bajo las sábanas... siempre tenía la sensación de que nadie podría encontrarme ni acceder a mi, ni siquiera mi madre en sus intentos fallidos por despertar mi interés por la comida o ese monstruo terrorífico que perturbaba mis sueños nocturnos fruto de una imaginación desbordante.
Los peligros que nos acechan cuando somos adultos no son muy distintos, miedo a lo desconocido, miedo a ser distinto, miedo a mostrar nuestro lado más débil o simplemente miedo a no poder disponer de suficientes momentos de respiro en esta caótica existencia, momentos en los que no pensar en nada que nos preocupe y hacer un hueco a todo lo que nos encanta y nos hace sentir bien.
Tengo la sensación,al ver las imágenes, de que en estos espacios podría intentar lograr superar mis miedos aunque sea... por un ínfimo momento que me aporte la calma necesaria para afrontarlos.
Los orígenes de la firma se remontan a la cama de un hospital de Munich en 1990 donde Bobby Dekeyser, joven promesa del fútbol que jugaba en el TSV 1860 Munich, se estaba recuperando de un aparatoso accidente y decidió repentinamente abandonar el deporte profesional para dedicarse a su verdadera vocación, ser empresario.
De esto hace más de 20 años y desde entonces DEDON se ha convertido en la marca líder mundial de muebles de exterior especialistas en mimbre trenzado.
Hace unos días mientras ojeaba la revista AD del mes de junio, volví a toparme con ELLOS, en el artículo se hablaba de su nueva colección DALA pensada para vivir y disfrutar a ras del suelo, diseñada neoyorquino Stephen Burks.
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